“Protegido antes de nacer” y “desterrar el aborto criminal”, dos consignasdel primer peronismo – por Claudia Peiró
En “La Nación Argentina, justa, libre y soberana”, libro que reseña el programa de Gobierno y las realizaciones de la primera presidencia de Perón, hay un capítulo dedicado a la salud que consigna ambos objetivos.
"El aborto criminal constituye una práctica amoral y delictuosa", incluso si la realiza un médico, se afirma en este emblemático libro...
Del IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) a las 20 verdades justicialistas, de la nacionalización de los principales servicios al plan de obra pública, del Estatuto del Peón a la Tercera Posición Justicialista, pasando por los derechos del trabajador y de la ancianidad, el fomento a las actividades deportivas, la Flota mercante, la educación, la vivienda y, por supuesto, la salud pública, todo está consignado en este libro. Al frente de esa política, se desempeñaba el médico Ramón Carrillo, un prestigioso sanitarista.
Es
en este rubro, que se reproducen dos infografías. La primera, referida a
la protección al niño en gestación: "los centros maternos infantiles",
que están "diseminados por todo el territorio", son definidos como "la máxima garantía de protección para el ser que llegará".
En ellos se asesora "a la futura madre durante la gestación", se la
asiste durante el parto y en los primeros meses de crianza...
"No se detiene allí la acción represora
del Estado, pues convencido de que el aborto criminal constituye una
práctica amoral y delictuosa, aun cuando la tomen a su cargo
profesionales en el arte de curar, ha orientado sus esfuerzos hacia la
meta de desterrarla para siempre de entre nosotros".
Una política de protección a la madre
gestante en consonancia con lo que decía Eva Perón, "el vientre de la
mujer es la cuna sagrada donde se genera la vida", y una política pro-vida que, años más tarde, en su tercer mandato, Perón volvería a implementar con argumentos no sólo de tipo moral, sino también geopolíticos...
En diciembre de 1968, el periodista Bernardo Neustadt le preguntó a Perón, que todavía estaba en el exilio: "¿Usted sabe que McNamara fue a Buenos Aires y pronunció un discurso en el que condicionaba los préstamos al control de la natalidad…?".
Perón
respondió: "Cosas americanas..."
De
estos temas ya no se habla, pese a su carácter estratégico. Y si
alguien los evoca, la respuesta es la indiferencia o la burla. Algunos
peronistas llegan incluso a justificar su apoyo al aborto legal en su
pertenencia a un movimiento cuyo ADN es contrario a esa práctica.
Incluso Cristina
Kirchner, que durante su mandato se inscribió en la tradición peronista
de defensa de la madre gestante y del niño por nacer al
extender la AUH a las embarazadas, parece ahora decidida a renegar de
ello. Sin embargo en aquel entonces decía: "Estamos haciendo una muy
fuerte apuesta a la vida".
En 1974, los enviados de Perón a la Conferencia de Población de Bucarest
planteaban la necesidad de fiscalizar a los organismos que promovían el
control de la natalidad, para evitar acciones indiscriminadas,
"incompatibles con el ejercicio de los derechos humanos".
Actualmente, en cambio, muchos políticos celebran e incluso promueven la injerencia de esas ONG en el debate sobre la legalización del aborto.
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