viernes, 22 de junio de 2018

"Aborto: Carta a Cristina" por Leandro Morzone


Querida compañera, ha querido “azar” ponerte ante esta decisión de votar a favor o no de esta ley. Jurídicamente el dilema no podría ser más sencillo; la ley es pésima, le niega al niño por nacer su derecho a la vida, harto reconocido tanto en nuestra leyes civiles, como en nuestro marco constitucional y convencional. Así compañera, no podemos dejar de advertir; esta reforma no es simplemente una ley de aborto, es una ley de “Mercado de Aborto”. Es decir, una ley pensada para constituir un mercado, y un negocio muy rentable, para las clínicas “Solo Aborto” internacionales. Literales centros de eliminación de niños, maltrato de mujeres y lucro con las vidas humanas. No casualmente esta ley obliga a las O.O.S.S., prepagas y otras a cubrir los costos del aborto, esto resulta necesario para poder constituir un mercado diferenciado. Logrando así, estas “Clínicas”, por un lado que el estado tercerice en ellas el “derecho al aborto” y por otro poder ofrecer un servicio diferenciado y Premium a aquellas mujeres que tengan mejores obras sociales. No brinda igualdad esta ley querida compañera; habrá abortos en cualquier condición, y abortos con “OSDE”. Asimismo esta ley priva al niño y a la mujer del derecho a la asesoría obligatoria, mecanismo por el cual (como surge de la legislación comparada; ver Alemania, Uruguay y otros) el estado, aplicando el principio de Hilfe statt Strafe, busca ayudar a la mujer a que solucione su relación conflictiva con el embarazo y pueda pensar en una vida junto al niño o niña. Esta asesoría informa sobre los riesgos, NO EXISTE el aborto seguro, toda intervención tiene sus riesgos. Pero la asesoría fundamentalmente ayuda, busca solucionar situaciones económicas, despejar presiones que puedan ejercer terceros sobre la voluntad de la mujer, atender y compensar eventuales desventajas laborales y de formación académica, entre otras cuestiones. Este dictamen de diputados no ha receptado este instituto, siendo su presencia en la ley meramente simbólica. En este sentido el dictamen incurre frente a nuestro orden legal y constitucional en lo que en derecho alemán se conoce como Untermaßverbot, que implica violar el deber de proteger en virtud de lo que el marco legal obliga. Compañera, no resulta posible despenalizar temporalmente (por plazo) el delito de aborto si no se aplica un medio de tutela alternativo. Despenalizar no puede implicar desproteger. Es por esto que resulta necesario que el instituto de la Asesoría sea de carácter obligatorio; en este sentido dice el Tribunal Constitucional Alemán, que por medio de esta se le da al niño la oportunidad de salvarse, en tanto que se le ofrece a la embarazada la posibilidad de una decisión más libre; libre de aquellas situaciones que la obligan a tomar una decisión que quizás no es la que desea. No conocemos madres que se hayan arrepentido de tener a sus hijos. Si madres que se arrepintieron de no tenerlos. No claudiquemos compañera en agotar hasta la última instancia, de tal modo que ninguna mujer embarazada tome una decisión, obligada por diversos motivos, y de la cual luego se arrepienta. La libertad de decidir, es la libertad de decidir en igualdad de condiciones. Y también tenemos nosotros un deber frente al niño, pues nuestra filosofía peronista nos indica cuidar y proteger al más débil, y es este niño por nacer la parte débil en la relación con su madre.
Pero querida compañera, no han querido colocar la asesoría obligatoria y dotarla de mecanismos de ayuda, información y asistencia. No quieren ofrecer alternativas a la mujer ni al niño. No quieren la asesoría, por que resta “clientas”, querida compañera. Achica el mercado y rentabilidad del negocio de la muerte  y tragedia de las familias.
Cristina, no podemos más que estar orgullosos por tu militancia y tu obra junto a Néstor. Han sido para nosotros los más bellos años que hemos podido disfrutar en este país, hoy cada vez más parecido a una Colonia. Frente a tantos compañeros que piden disculpas en tu nombre por no haber sacado una ley de aborto; algo que resulta contrario a nuestra filosofía peronista, que es “profundamente cristiana y humanista”, donde solo existen una sola clase de hombres y mujeres; “los que trabajan”. Y los únicos privilegiados son los niños. No los entreguemos a esta ley mal hecha, que jurídicamente se haya a las afueras de nuestro ordenamiento legal, y cuyas consecuencias fácticas y jurídicas son perversas.
También vemos con preocupación cómo distintos compañeras y compañeros con métodos fascistas suprimieron la libertad de conciencia en este tema, llamando “antiderechos”, “anticuados”, “viejos”, etcétera a todos aquellos que nos animamos a cuestionar esta ley y defender nuestras convicciones, que por cierto no son otras que las sostenidas por los gobiernos de Perón y Evita, y los de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, estos compañeros, aupados en el poder mediático, intereses extranjeros y el gobierno del CEO de la Colonia, junto a los “Lipo”, “Lospe”, Donda y otros nos han atacado de manera vil por pedir y exigir que los derechos del niño sean observados y respetados por la ley, por denunciar que esta ley está pensada para constituir un mercado de aborto. No para cuidar al niño y la mujer.
Finalmente querida compañera, lo que se trata aquí es de imponer una falsa diversidad. Una diversidad donde solo hay libertad para pensar y ser de una manera. Han sido el Peronismo y el Kirchnerismo quienes han otorgado y reconocido al pueblo argentino los mayores y más significativos derechos. Una oportunidad de grandeza. Nuestras banderas son la Independencia Económica, Soberanía Política y la Justicia Social. Para nosotros la mitad de la tarea es que “el pueblo esté feliz” y la otra mitad hacer cada vez más grande a la Patria. Nuestra bandera no es ir a matar un niño que está en el vientre de su madre, lugar que la naturaleza diseñó para que fuera el más seguro, para cuando él o ella es más pequeño y débil. No abandonemos a ese niño y esa madre cuando más nos necesitan, agotemos instancias. Vale, sin dudas, la pena y el esfuerzo.


Querida compañera, que Dios ilumine tu corazón y te de la fuerza para enfrentar las presiones como siempre lo has hecho. De esta disyuntiva a la que te expusieron propios y extraños, no se saldrá sin costo, pero sí con coherencia y afirmados en lo que siempre defendimos. En nuestras y tus convicciones. Esa es nuestra frase fundacional; “no voy a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada”. Querida compañera, así como has respetado la libertad de conciencia de todos estos diputados, que asumieron por tus votos, y fueron capaces de hacer esta ley tan desalmada y mercachifle, que sean ellos ahora los que respeten y acepten tus convicciones que son públicas y compartidas por millones de argentinos y argentinas. 

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