Vida Sí, Pena No
Quizás esta sea la nota que jamás hubiera querido
escribir, porque me siento muy COMPAÑERO de muchas de las compañeras
y compañeros que defienden el derecho a interrumpir el embarazo
mediante el aborto, pero quiero ser honesto, no encuentro razones que
me indiquen que cuando hay embrión no hay vida.
Desecho en esta opinión cualquier condena penal
para la mujer. Prefiero que el Estado no se saque el problema de
encima prometiendo penas y se ocupe de abordar el contexto social de
esa mujer que intenta abortar proponiéndole alternativas de otras
familias que la vida les ha negado la posibilidad de tener hijos. O
acompañar con ayuda si la situación es económica, mucho más
barato que la cárcel y más humano también.
La discusión, para algunos es cuando ese feto es
persona? Se sigue de ello que la madre si lo es y con capacidad
de decisión y soy de los que piensan que el feto es vida y
esta vida es la más desprotegida y encima carece de voz, mucho más
que los trabajadores que luchan por sus derechos, los grupos étnicos
perseguidos etc, etc.
La biología ha evolucionado mucho. Descubrimientos
revolucionarios, como la fecundación in vitro y el ADN con la
secuenciación del genoma humano, dejan en evidencia que desde el
momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo
ser. Tanto es así que en los modernos sistemas jurídicos –incluido
el nuestro– el ADN se ha transformado en la ‘prueba reina’ para
determinar la identidad de las personas, independientemente de su
edad, incluso en hipótesis de devastación, o sea cuando
prácticamente ya no queda nada del ser humano, aun luego de mucho
tiempo.
Uno de los principios de la medicina hipocrática
que caracterizan al médico es actuar a favor de la vida y de la
integridad física.
En esta situación hay tres derechos. El
primero, el del concebido, es el fundamental; los otros, el de la
mujer y el de la sociedad, son derechos derivados. Por otro lado, y
para mí este es el punto central, el derecho de la mujer y el de la
sociedad, que suelen esgrimirse para justificar el aborto, pueden ser
satisfechos sin necesidad de recurrir al aborto, evitando
la concepción. Pero una vez que hay concepción, el
derecho del concebido sólo puede ser satisfecho dejándole nacer.
Mis convicciones me inclinan hacia la protección
del más débil y a favor de la no violencia contra el embrión.
Una vida desamparada…¿puede atentarse contra ella libremente? Su
debilidad pierde visibilidad si su eliminación se efectúa mediante
una violencia indolora, científica y esterilizada. Seguramente los
demás fetos callarán, no pueden hacer manifestaciones en las
calles, no pueden protestar, son más débiles que los débiles cuyos
derechos decimos proteger.
Siempre hemos estado peleando por la noble igualdad,
como nos enseña nuestro himno, por los derechos de los más
vulnerables.
El propio sistema universal de protección de los
derechos humanos se ha pronunciado en forma unánime y repetida. En
el Pacto de San José de Costa Rica, en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, en la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y, por último en la Declaración
Universal de Derechos Humanos, se encuentra clara y rotundamente
reconocido este derecho a la vida. Como vemos semejante mandato
esencial no se encuentra ni podría encontrarse en discusión.
Sin formularla explícitamente, Cristina Kirchner
tuvo una política natalista cuando promovió la Asignación
Universal por Hijo y la extendió a la mujer embarazada. Incluso
el Plan Cunita.
El progresismo, a mi entender es defender la vida,
la más pequeña, contra toda agresión social, soy peronista, soy de
los que militan para defender a los indefensos y rechazo la
violencia, soy de los que piensan que la náusea se produce frente a
los gases de la policía, ante una explosión de bomba o un quirófano
esterilizado.
Publicado en Página 12: https://www.pagina12.com.ar/119618-vida-si-pena-no
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